Por Mariana Castellar Castellar

Una sala convertida en salón de ensayos, de encuentro y creación, de donde emerge la energía hecha sonido, es el lugar que reúne a la Familia Delta 9. Mientras sus integrantes se organizan para dar una muestra de su arte, afinando y ecualizando los instrumentos, dejan salir un poco de ese universo musical que también tiene su propia galaxia.

Hace seis años los cuerpos, almas y espíritus de este grupo de chicos, coincidieron para no separarse, para mantenerse unidos haciendo música con conciencia, “para la calle y también para la fiesta”, como dice una de sus canciones.

No tienen un estilo definido, su música mezcla el dancehall, el reggae y la champeta con rap, jazz, y flamenco. “Lo que hacemos es una fusión no pensada, solo nace del corazón y tiene su raíz en esta ciudad, lo hemos llamado Afroli”, asegura Brayan Hincapié, vocalista de la banda.

Con una esencia autentica, esta familia está conformada por siete miembros: Isaí Dueñas en el bajo; Jesús Alcalá en la guitarra eléctrica; Arnul Charria en la batería; Eduardo Topen en el piano; con las voces de Brayan Hincapié, Oscar Castro y Carlos Trillos.

Un sonido llamado “Afroli”

Lo que comenzó como un hobbie en medio de la rutina universitaria, hoy es un proyecto de vida que sigue creciendo. Uno de los vocalistas, Oscar Castro, cuenta que “al principio lo hacíamos por estar felices en los momentos de ocio y luego para hacer parte de las actividades culturales de la universidad, pero al ver la buena acogida del público decidimos apostarle a este sueño; cantamos al amor, la conciencia, la felicidad, la paz y a esos sentimientos que están ocultos por miedo”.  

El dejar que la música se apoderara de sus vidas, les ha permitido grabar dos álbumes, el primero recibió el nombre de “La limpieza” y estuvo a cargo de Daniel Negus, fundador de la banda quien falleció hace más de dos años, dejando la esencia Afroli en el universo de Delta 9. El segundo álbum se tituló “Las mentes se mueven” de donde se desprenden canciones como “Esto es para ti” con una melodía que te enreda en las cuerdas de la guitarra y te suelta en la valentía de quien declara su amor a través del rap.

Ahora se preparan para dar a conocer su tercer álbum llamado “Afroli pal mundo”, porque su sueño es “que la música llegue a donde no hay esperanzas, que regale libertad a sentimientos que aprisionan y que su mensaje positivo llegue a grandes y pequeños”, tal como menciona Eduardo Topen, pianista de la banda.

Son chicos jóvenes, con sonrisas que trasmiten paz, un grupo de soñadores que no se rinde y se reinventa a través de la música. Cuando las canciones surgen lo hacen desde sus corazones, quizá por eso es fácil dejarse contagiar por el ritmo que emana de sus instrumentos y las letras que te recuerdan la realidad social.

En 2017 realizaron una gira nacional que les permitió llevar su música a ciudades como Barranquilla, Manizales, Pereira, Medellín, Salento y Tuluá, lo que les mostró la importancia de los sonidos caribeños en el país. “Nos dimos cuenta de que sí hay personas que esperan sonidos innovadores y de calidad, música distinta que lleve un mensaje”, señala Oscar Castro, uno de los vocalistas.

Su propósito para el próximo año es realizar una gira suramericana y llevar el Caribe hasta la Patagonia, por ahora se concentran en sus ensayos, su nuevo álbum y en que su Corporación Galaxia Delta 9, siga creciendo. Porque sí, no se quedan quietos, y decidieron abrir un espacio hace tres años en el que niños y jóvenes aprendan sobre música, derechos humanos, comida saludable, yoga y baile.

“En esta familia hay abogados, actores, chefs e ingenieros, así que decidimos activar esas facetas y ponerlas al servicio de la comunidad. Aquí caben todas esas manifestaciones que nos permiten ser una galaxia, tener un poco de todo”, menciona Brayan Hincapié.

Así como en matemáticas la variable delta se usa para indicar un cambio, esta familia le apuesta al cambio sin el cual, aseguran, no hay revolución. El número 9 que acompaña su nombre indica el espíritu que lucha por lograr ideales universales, haciendo de este grupo un reflejo de eso que existe en su interior:  Energía musical llamada Fa