Agradecemos de antemano su interés en promover la cultura, el arte y el turismo a través de la organización eventos en el (TAM). Nos place saber que esta joya, bien de interés cultural, es el escenario ideal y escogido por ustedes.
Actualmente nos encontramos desarrollando adecuaciones y mejoras en el teatro que permitirán la realización de eventos; entendiéndose por éstos, producciones artísticas, culturales y espectáculos de alta calidad.
Pronto abriremos nuevamente a nuestro hermoso teatro, entre tanto nuestro equipo dará respuesta a sus solicitudes; éstas serán recibidas única y expresamente a través del correo oficial direcciontam@ipcc.gov.co y bajo el formato de realización de eventos, cual deberá diligenciar en el presente link https://docs.google.com/forms/
El TAM es el escenario y cuna de las artes de la ciudad de Cartagena, para cartageneros y visitantes. Con su reapertura invitamos a todos a fomentar su cuidado y apropiación.
La construcción del Teatro Adolfo Mejía fue ordenada por Henrique Luis Román, gobernador de Bolívar mientras era presidente Rafael Reyes en 1905. El diseño fue realizado por Luis Felipe Jaspe, inspirado en el Teatro Tacón de la Habana y en el Teatro Reina Emma en Curazao. A pesar de que en la ciudad se había creado el Teatro Marinero por Juan Bautista Marinero y Trucco, surgió la necesidad de tener un espacio más público donde la población accediera a las representaciones culturales y no se contemplara solo los beneficios económicos. Bajo esta visión fue creado el Teatro Municipal. Su construcción se realizó dentro del recinto de la Capilla de la Merced que había sido abandonada durante las guerras de independencia.
El Teatro fue inaugurado el 13 de Noviembre de 1911 con el nombre de Teatro Municipal. Fue una de las obras conmemorativas del primer Centenario de Independencia de Cartagena de la corona Española (11 de Noviembre de 1811).
El estreno formal se dio el 22 de Febrero de 1912 con el debut de la compañía de Evangelina Adamas, con el nombre de “El genio alegre” de los hermanos Álvarez Quintero. Su apertura significaba la culminación de una prolongada sucesión de anhelos frustrados por más de treinta años, cuyos orígenes se remontan al 10 de enero de 1884, cuando un grupo de la élite Cartagenera, entre quienes figuraba el doctor Rafael Núñez —ya para entonces elegido por segunda vez presidente de la República— acordaron constituir una sociedad por acciones bajo la razón social de Compañía de Teatro de Variedades de Cartagena “con el fin de construir de un modo apropiado a nuestro clima un teatro al estilo de los de verano en Europa”.
De allí en adelante, fue el escenario por el cual desfilaron las más importantes compañías y figuras del arte escénico de Colombia y del mundo. Entre 1913 y 1917 tuvo sus primeros destellos de esplendor, lapso en el cual se presentaron 13 compañías extranjeras, cuyo repertorio estaba compuesto por ópera italiana o comedia, y zarzuela española. Estas compañías llegaban a Cartagena como escala obligada de paso o de regreso del Teatro Colón de Bogotá.
En 1933, se le cambia el nombre Teatro Municipal por Teatro Heredia en honor al fundador de Cartagena: Pedro de Heredia, para conmemorar el IV Centenario de Fundación de la ciudad.
Hacia 1930, el teatro presentaba un alto grado de deterioro. Con el correr del tiempo las presentaciones de las grandes compañías fueron haciéndose cada vez menos frecuentes y la decadencia física del edificio seguía avanzando. Frente a esta situación, el Concejo Municipal decidió acoger la propuesta de una empresa privada para instalar en el Heredia un moderno equipo de cine sonoro para dar representaciones cinematográficas.
El 9 de enero de 1937 se estrenó el Teatro Heredia como cinematógrafo con las películas “Flor de arrabal” con Jean Harlow en la función vespertina y “Un grito en la selva” en la nocturna. Durante las décadas siguientes y hasta 1970 el Teatro sirvió para presentar de todo: conciertos, recitales, homenajes, comedias, ballet, conferencias, títeres, zarzuelas, teatro cómico, mentalistas, sesiones solemnes de colegios, mítines políticos y hasta una audiencia pública a una mujer por el homicidio de su esposo en el barrio de Bruselas.
Sin embargo, el deterioro avanzó y ante el inminente peligro para la integridad de los espectadores tuvo que cerrar finalmente sus puertas en el año de 1970. Una de sus últimas funciones fue la obra de teatro “Las Sillas” de Ionesco presentada por Fanny Mickey.
A partir de entonces hubo algunos intentos de rescatar el teatro que sólo vinieron a fructificar en enero de 1988 cuando la Fundación para la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural Colombiano, en virtud de un contrato de comodato firmado con el Municipio de Cartagena desde el año de 1980, modificado más tarde en 1986, inició y llevó a cabo las obras que concluyeron con recursos provenientes del Banco de la República, el Fondo de Inmuebles Nacionales, el Instituto Nacional de Vías del Ministerio de Transporte a través de la Subdirección de Monumentos Nacionales, la Presidencia de la República, el Ministerio de Cultura y la Alcaldía de Cartagena de Indias. En total se invirtieron 5 mil millones para la restauración. La propuesta de restauración se basó en el respeto por los espacios y la fisonomía originales de la edificación, con algunas obras de acondicionamiento a fin de lograr la implantación de mejores instalaciones técnicas. Este exitoso proceso de restauración fue dirigido por el arquitecto cartagenero, Alberto Samudio Trallero, quien obtuvo en el año 2000 (por este trabajo), el premio Nacional de Arquitectura en la categoría de Restauración.
El Teatro estuvo cerrado durante 28 años: de 1970 a 1998. La restauración tuvo una duración de 11 años: de 1987 a 1998. Reabrió sus puertas el 31 de Julio de 1998 con el recital de la mezzosoprano colombiana Martha Senn y la presentación de la Orquesta de Cámara de Frank Preuss.
En 1998, el alcalde Nicolás Curi, informó que por Acuerdo No. 30 del 9 de Julio del mismo año, ya no se llamaría Teatro Heredia sino Teatro Adolfo Mejía en honor a uno de los mejores músicos y compositores del Caribe: Adolfo Mejía Navarro. Hasta el día de hoy, el Teatro ha sido uno de lugares más representativos de la ciudad por su historia, relevancia y trascendencia en el desarrollo de la cultura. Su cuidado es responsabilidad de todos los cartageneros y cartageneras.