Frena la curva

Proyecto del IPCC fue seleccionado dentro de la plataforma internacional de laboratorios ciudadanos, “Frena la curva”

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La propuesta del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, IPCC, busca seguir atendiendo, de manera innovadora y tejiendo redes con otras ciudades turísticas del Caribe, la crisis del ecosistema cultural, producto de la pandemia del Covid-19 (coronavirus), generando nuevas formas de relacionarse con la ciudadanía y propiciando su empoderamiento.

El Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, IPCC, fue seleccionado para participar en la plataforma ciudadana internacional, “Frena la curva”, versión México, donde voluntarios, emprendedores, activistas, organizaciones sociales, makers así como laboratorios de innovación pública y abierta, cooperan para canalizar y organizar la energía social y la resiliencia cívica frente a la pandemia del Covid-19 (coronavirus). Estos laboratorios buscan dar voz a la sociedad civil para que, de la mano de instituciones públicas y privadas, puedan ofrecer soluciones al gobierno de las ciudades en estos tiempos extraños, y garantizar los servicios públicos esenciales.

De las 21 iniciativas que se postularon fueron escogidos 10, entre ellos, el proyecto “De lo material y lo espiritual en tiempos de COVID-19: frena la curva Cartagena de Indias”, presentado por la directora del Instituto, Saia Vergara Jaime, y el asesor estratégico del IPCC, Manuel Zúñiga. Este Laboratorio Ciudadano Distribuido entrará a una segunda fase en la que se buscarán colaboradores de todas partes del mundo (hasta el 7 de mayo) para que se unan a los proyectos seleccionados y trabajen durante 6 días en la búsqueda de soluciones comunes. En particular, el proyecto presentado por el IPCC busca crear prototipos de productos y/o servicios culturales que puedan comercializarse en tiempos de Covid y que, a la vez, suplan la necesidad espiritual que tienen los trabajadores y trabajadoras culturales de expresarse.

Los laboratorios ciudadanos buscan conectar a las diversas voces, inquietudes, inteligencias e iniciativas ciudadanas. Y, a partir de la colaboración, la experimentación, la escucha y la puesta en valor de los conocimientos ancestrales y académicos de cada una de las personas que trabajan en los proyectos, se fortalecen los lazos comunitarios, siempre, en torno a la creación colectiva.

“Conozco la metodología de los laboratorios de innovación ciudadana desde 2016, cuando la SEGIB, Medialab Prado y Zaragoza Activa realizaron LABICCO en Cartagena, gracias al apoyo de la Cooperación Española. Desde entonces, había venido trabajando incansablemente para que nuestra ciudad volviera a acoger un laboratorio y que involucrara específicamente a gente del ecosistema cultural. Con la selección de este proyecto nos estamos acercando a ese sueño que ojalá pueda materializarse muy pronto, pues sería de inmensa pertinencia en estos tiempos de incertidumbre donde tenemos que potenciar todo aquello que signifique hacer, pensar y sentir con los otros”, declara Saia Vergara Jaime.

Es la primera vez que un proyecto de estas características, presentado desde el Instituto, es escogido para ser desarrollarlo a nivel internacional teniendo, además, incidencia en lo local y en lo regional, pues se busca que trabajadoras y trabajadores de la cultura del caribe mexicano y colombiano, habitantes de ciudades turísticas que viven situaciones similares, se encuentren para trabajar en función de un mismo objetivo.

“Buscamos activar capacidades de cocreación entre ciudadanos, con y sin acceso a internet, del sector de las artes y el quehacer cultural, para generar prototipos de productos y/o servicios culturales que, desde una emoción común usada como motivante, nos permita satisfacer necesidades comunitarias tanto materiales (económicas) como espirituales (de creación y de autorrealización), enfocados desde un ejercicio de ciudadanía cultural. La actividad cultural es espiritual porque a pesar de las dificultades materiales, el ser humano demanda de ellas, quiere cantar y escuchar música, quiere dibujar y apreciar obras de arte. Lo lamentable es que, con la pandemia, la práctica habitual de artistas, sabedores y hacedores culturales se haya visto afectada y, con ello, también la retribución material, económica, que recibían por aquello que producían, generándose así una doble afectación”, manifiesta el asesor, Manuel Zúñiga.

Para poder desarrollar este proyecto se necesitará un grupo de colaboradores, que formen parte del equipo, aportando sus conocimientos y experiencias, al mismo tiempo que aprendan del resto del grupo, así como de los mentores que acompañarán todo el proceso. Quienes quieran inscribirse como colaboradores de éste u otro proyecto promovido por “Frena la curva” versión México tienen hasta el 7 de mayo para hacerlo a través de un formulario publicado en este enlace https://cutt.ly/CykG0yw.

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